Una mentalidad dañada logró cautivar uno de mis diversos análisis, la cual podrÃa suponerse en que aquello que ya no es importante ni cobra sentido, es algo que ya no pesa, incluyendo la vida misma.
En el año 1878 Josef Förster, vino a la Tierra. A lo mejor es alguien desconocido para el espectador de este post, pero éste artista dejo en el mundo una única obra debido a una enfermedad mental que se apoderó de él.
Esta obra tan interesante a causado muchos encuentros emocionales en mÃ, Förster no le dio un nombre a la pintura pero sà le dio una explicación:
"Esto debe representar que, cuando uno no tiene ningún peso corporal que tenga que cargar, puede ir, entonces a gran velocidad por el aire".¿Cómo le pondrÃas tú?
El alma existe, quiere explorar al mundo y quiere manifestarse. Aunque hay muchas formas, la interpretación de una presencia visual es aún más deleitosa para el alma y la creencia del que la posee. La psique es el alma, la psique quiere tener un encuentro con el mundo, un encuentro con el conjunto que la habita, y que la ha conservado en un cuerpo fÃsico, el cual poseemos hasta el deterioro. ¡Creando manifestamos!
¿Quién era ella?
Leonora Carrintong, la artista que convirtió sus sueños y trayectos dolorosos en obras artÃsticas.
Fue una pintora de espÃritu indomable además de ser escritora inglesa, nacida en 1917. El producto de su educación inglesa, el contacto con la mitologÃa celta y los parámetros a los que fue sometida le hicieron romper toda rectitud, en la cual creo mundo imaginario de duendes, gigantes, gnomos y fantasmas.
Desde temprana edad empezó a experimentar la visión multidimensional en donde entró en contacto con su verdadero mundo natural, en donde solÃa tener encuentros con fantasmas, comenzaba a tener visiones y experiencias con espÃritus; para otros era algo sobre natural, en donde se vio a la expulsión del Santo Sepulcro el cual era su actual centro de estudios y por las mismas razones se vio obligada a pasar por muchas escuelas las cuales detestaba por ser educación convencional.
En 1936 ingresó a la academia Ozenfant de arte en la ciudad de Londres. En el siguiente año conoció a quien la llevó a introducirse al mundo de el movimiento surrealista: el pintor alemán Max Ernest a quién volvió a encontrar en un viaje a ParÃs en donde escribieron una historia de amor, desafiando al padre de la pintora, quien le habÃa prohibido relación por ser Ernest 26 años mayor. Pero su trayecto amoroso fue turbado por los nazis, en donde llevaron a Max Ernest a un campo de concentración con el argumento de que hacÃa arte subversivo. Partiendo de esto Carrintong huyó a España y ahà fue enviada a un psiquiátrico, el Hospital psiquiátrico de Santander, pues sufrió un colapso nervioso a causa de la detención de Ernest y la separación a la que se vio obligada. En este trayecto la valiente Carrintong pasó por mucha injusticia y deshumanidad; arrancaron su vestimenta, la ataron con correas y paso varios dÃas y varias noches sobre sus propios excrementos, orina, sudor siendo torturada por picadoras de distintos animales en donde tuvo que ser tratada con terapias de shock
"El ser humano es un ser terrible que asesina y me da mucha tristeza pensar que yo soy de esta especie", dijo en una entrevista. Vivir de cerca un infierno nazi por el que se estaba pasando en ese tiempo la llevó a revolucionar en muchas causas, desatando la tauromaquia (el supuesto arte de matar a los torosa manos de un bailarÃn burlón vestido de trajes extravagantes).
El asfixio que vivió esta pintora durante tosa su vida la impulsó a refugiarse en el arte para poder sobrevivir. Ella siempre vio su espiritualidad como una identificación animal, en donde pasó su vida huyendo de un mundo que la hacÃa sentir pequeña e impotente; huyó de su familia, de los nazis, del hospital psiquiátrico, nanas y tutores y por lo tanto en sus obras artÃsticas se representaba a ella misma como un caballo blanco, como sÃmbolo de libertad.
Leonora encontró asà también amor al mundo, al rodearse de mentes brillantes inundadas en el surrealismo que la conectaron más a fondo con esta dimensión por la que sentÃa el llamado de su espÃritu, encontró una vida pacÃfica refugiándose en el arte, dándole al mundo el regalo de belleza inmortal, demostrando ser un Ãcono de la mujer, sabiendo afrontar las adversidades que intentaron derribar su estadÃa efÃmera.
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Adieu Ammenotep, 1960 |
Al pasar de los años podemos darnos cuenta de las cosas que están reflejadas al rededor del mundo, siempre provienen con un sentimiento oculto. La forma de expresión más marcada es el arte como tal, el cual ha sido siempre un punto de crÃtica en el que nos hemos visto siendo desafiados para poder descifrar el verdadero mensaje que hay detrás de esos lienzos terminados. Sabemos que la psico o en distinta verba la "psique" es el alma humana, aquella que sostiene la fuerza vital de un persona, unida a su cuerpo en vida y desligada de este tras su murete, en ella gira todo aquello que nos integra más allá de el cuerpo fÃsico en el que habitamos y es por eso que la esencia de lo que somos está ahÃ, en la psique.
Si algo he aprendido acerca del arte es que este, está forjado en esa lÃnea delgada entre la fantasÃa y la realidad de un presente, con un tipo de ocultismo en muchas de sus apariencias, el lograr descifrar alguna de las obras siempre va ser valido pero nunca certero. El arte es subjetivo, sin embargo los buenos ojos siempre verán resplandor en todo tipo de pintura o demostración artÃstica.
Asà que la psico o psique es arte por la sencilla razón de reflejar lo que el alma siente y no puede manifestar con palabras.